La Comisión Presupuestaria del Bundestag, la Cámara Baja del Parlamento alemán, aprobó este miércoles un paquete de gasto militar de USD 59.000 millones, marcando un nuevo récord para la política de defensa del país. Con esta decisión, el gasto total en defensa de Alemania en 2025 asciende a aproximadamente USD 98.000 millones, el nivel más alto desde la Segunda Guerra Mundial.
Según el gobierno alemán, la medida busca reforzar de manera sostenida las capacidades de la Bundeswehr en un contexto de creciente tensión en el flanco oriental de la OTAN. “Estamos enviando una señal clara a la Alianza y a nuestros socios: Alemania está liderando el camino”, sostuvo el Ministerio de Defensa en un comunicado oficial, en el que subrayó el compromiso del país con la seguridad y la estabilidad en Europa.
El ministro de Defensa, Boris Pistorius, calificó la aprobación como “un nuevo récord” y afirmó que refleja un giro político profundo en la estrategia alemana. Según explicó el funcionario, a lo largo de 2025 la Comisión Presupuestaria aprobó un total de 103 proyectos de adquisición militar por un valor cercano a los USD 98.000 millones. “Son inversiones enormes, pero necesarias”, seguró Pistorius en una conferencia de prensa en Berlín.
El paquete aprobado este miércoles contempla alrededor de treinta adquisiciones que abarcan un amplio abanico de capacidades. Entre ellas se incluyen proyectiles y componentes para sistemas de defensa antiaérea como Patriot, Arrow e IRIS-T; nuevos vehículos blindados de combate de infantería Puma; y un sistema de radar satelital conocido como SPOCK. Del mismo modo, se prevé la compra de armamento y equipos para los cazas Eurofighter, obuses autopropulsados, torpedos para submarinos y equipamiento individual para el personal militar y civil.
En cuanto a este último punto, el plan contempla la provisión de prendas y equipos para una Bundeswehr que el gobierno alemán busca ampliar hasta unos 460.000 efectivos en los próximos años, además de unos 80.000 empleados civiles.
El giro alemán en materia de defensa se consolidó tras el estallido de la guerra en Ucrania en 2022, cuando Berlín abandonó décadas de restricciones presupuestarias para sus fuerzas armadas y una tradición «pacifista» debido al peso de su historia. A esto se suma la creciente preocupación en Europa por el alejamiento de EE.UU. y las dudas sobre el compromiso de este último con la seguridad del continente, un factor que ha motivado decisiones estratégicas en materia de industria y rearme en numerosas capitales europeas.
En ese marco, el canciller Friedrich Merz impulsó una reforma clave al eximir el gasto en defensa de las estrictas reglas fiscales sobre endeudamiento, permitiendo acelerar el proceso de modernización y rearme de la Bundeswehr.
