El candidato Rodrigo Paz Pereira, de 58 años, se consagró este domingo como nuevo presidente de Bolivia al dominar la segunda vuelta electoral con el 54,55% de los votos. Su victoria pone fin a dos décadas de hegemonía del Movimiento al Socialismo (MAS), de Evo Morales, y marca el comienzo de una nueva etapa política en el país andino.
Paz, del Partido Demócrata Cristiano (PDC) y de tendencia liberal moderada, venció por nueve puntos al exmandatario Jorge “Tuto” Quiroga, de la coalición ultraconservadora Libre, que obtuvo el 45,44%. La votación, calificada por las autoridades del tribunal electoral como “tranquila y normal”, se desarrolló sin incidentes. El nuevo mandatario asumirá el 8 de noviembre para el período 2025-2030, en un contexto económico sumamente complejo, marcado por la escasez de combustible, la caída de la producción de gas, el déficit fiscal y la falta de divisas.
El resultado supone el primer balotaje en la historia democrática boliviana y redefine el mapa político del país. Paz, hijo del expresidente Jaime Paz Zamora, nació en el exilio en Santiago de Compostela durante la dictadura militar y realizó sus estudios en Estados Unidos. Su perfil tecnocrático y su discurso moderado lograron captar el apoyo de un electorado desilusionado con el MAS y temeroso del giro «ultraderechista» de Quiroga. En declaraciones previas a la votación, el propio Paz había anticipado que su gestión buscaría “una nueva etapa para la democracia boliviana en el siglo XXI”, centrada en la formalización de la economía, la reducción de impuestos y la eliminación de la burocracia.
En su plataforma de gobierno, el presidente electo propuso un programa de “capitalismo para todos”, con apertura a la inversión privada y un fuerte recorte del gasto público, aunque manteniendo las transferencias sociales hacia los sectores más vulnerables. Su compañero de fórmula, el ex policía Edmand Lara, subrayó que la prioridad será “garantizar el suministro de diésel y gasolina y erradicar la corrupción”. “Se acabaron los colores políticos, hay que trabajar por Bolivia”, afirmó el vicepresidente electo.
El balotaje fue seguido por misiones de observación de la Organización de los Estados Americanos (OEA) y de la Unión Europea (UE), que destacaron la transparencia del proceso. Desde La Paz, miles de seguidores del PDC celebraron frente al Hotel Presidente mientras esperaban el discurso del mandatario electo, en una jornada que el gobernador de Santa Cruz, Luis Fernando Camacho, calificó como “el día en que se entierra definitivamente al MAS”.
El presidente argentino Javier Milei felicitó a Paz y sostuvo que “Bolivia volverá a ingresar al mundo libre, dejando atrás veinte años del fracasado modelo del socialismo del siglo XXI”. Asimismo, Cancillería argentina publicó un comunicado en el que destacó “la expresión libre y soberana del pueblo boliviano” y manifestó su confianza en que esta nueva etapa “contribuya al fortalecimiento de la convivencia democrática”.
Durante la campaña, Rodrigo Paz prometió reconstruir las relaciones con Chile y Estados Unidos, sin romper los vínculos con China y Rusia, en un intento de darle equilibrio y moderación a la política exterior boliviana. En contraste, su rival Quiroga había planteado una alineación absoluta con Washington e Israel, distanciándose de Cuba, Nicaragua y Venezuela. El giro pragmático de Paz podría inaugurar un nuevo capítulo luego de casi veinte años en los que el MAS de Evo Morales estrechó lazos con Pekín, Moscú y Teherán.
