A mediados de agosto, comenzaron a circular en redes sociales chinas imágenes de un vehículo transportador que llevaba dos grandes contenedores de misiles durante un traslado ferroviario, lo que desató un debate sobre si Pekín estaba preparando el despliegue de un sistema de largo alcance, según explicó el medio especializado Defence Blog.
Los rumores se confirmaron hace unos días cuando los lanzadores aparecieron a plena vista en los preparativos de un desfile militar en la capital. De acuerdo con el medio citado, cada vehículo transportaba dos contenedores de alrededor de 1,5 metros de diámetro, lo que permite deducir que se trata de un arma mucho más potente que las plataformas de defensa aérea existentes en China.
Los lanzadores que se observan en las imágenes difundidas, con la inscripción HQ-29 a un costado, fueron catalogados por medios locales como double-barreled satellite hunter (cazador de satélites de doble cañón). Estos sistemas estarían pensados para interceptar tanto misiles balísticos a gran altitud como satélites en la órbita terrestre baja, prestaciones que dejarían al HQ-29 entre las plataformas de defensa antimisiles más avanzadas del mundo.

Este nuevo sistema se enmarca en el proceso de modernización de la defensa antimisiles del gigante asiático. El HQ-29 es considerado una evolución respecto al HQ-19, ya operativo como interceptor de gran altitud, y busca completar la arquitectura de defensa junto con el HQ-9, orientado a la defensa terminal.
En esta línea, analistas sostienen que el HQ-29 entraría en una categoría similar a la de los programas SM-3, de Estados Unidos, y S-500, de Rusia. De este modo Pekín estaría apuntando a consolidar un sistema de defensa aérea en capas, capaz de cubrir tanto la fase terminal como la exoatmosférica de un ataque con misiles.
La revelación de este nuevo sistema refleja la importancia creciente que China otorga a la guerra en el espacio, abriendo un frente sensible (la posibilidad de apuntar contra satélites) y aumentando el nivel de preocupación entre los rivales de Pekín, principalmente Washington.