China anunció el levantamiento de la prohibición de exportación hacia Estados Unidos de galio, germanio, antimonio y otros “materiales superduros”, como los diamantes sintéticos y los nitruros de boro. Se trata de una nueva desescalada de tensiones comerciales entre las dos economías más grandes del mundo.
En un comunicado oficial del 9 de noviembre, el Ministerio de Comercio de China anunció que la suspensión tendrá lugar hasta el 27 de noviembre de 2026. Las restricciones habían sido impuestas en diciembre de 2024 como represalia por los controles de exportación que el entonces gobierno de Joe Biden había implementado sobre chips de memoria de banda ancha hacia China.
Beijing también flexibilizó los requisitos de verificación para las exportación de grafito de uso dual (civil y militar). Sin embargo, no ha sido modificada la lista de control de exportaciones de doble uso, por lo que los exportadores de galio, germanio y antimonio seguirán necesitando licencias del gobierno chino para realizar ventas al exterior. Asimismo, tampoco revocó la prohibición de exportar cualquier artículo de uso dual a usuarios militares estadounidenses.
En consecuencia, China aún mantiene instrumentos regulatorios que le permitirían controlar y manipular las exportaciones de este tipo de recursos. A ello se le suma el efecto temporal de la medida (12 meses), lo que eleva el nivel de incertidumbre de aprovisionamiento de estos minerales de cara al futuro.
Los metales involucrados en la medida china forman parte del núcleo de la disputa tecnológica, con aplicaciones tanto civiles como militares, motivo por el cual se encuentran en las listas de “minerales críticos” tanto de Estados Unidos y China como de la Unión Europea.
Las aplicaciones particulares de estos elementos, y el nivel de control chino sobre las cadenas de valor de los mismos, pueden visualizarse en el siguiente cuadro:
| Mineral | Aplicaciones Críticas | Dominio de China |
| Galio (Ga) | Crítico en la producción de semiconductores, tecnologías avanzadas de radares y paneles solares. | Control del 99% de la producción mundial de galio refinado (2023). |
| Germanio (Ge) | Crítico en la producción de semiconductores tecnología infrarroja (uso dual), fibra óptica y células solares. | Control del 60% de la producción mundial de germanio refinado (2023). |
| Antimonio (Sb) | Crítico para retardantes de llama (sustancias químicas para inhibir, suprimir o retrasar su combustión), componentes de baterías y municiones. | Control de la mitad de la minería mundial de antimonio (2023) |
Por su parte, el grafito (C) de uso dual es un elemento crítico en la producción de baterías de vehículos eléctricos y en sistemas de almacenamiento de energía.
La concentración de la capacidad de refinación de estos metales, sobre todo del galio, en su territorio otorga a China una herramienta de coerción económica y tecnológica frente a Estados Unidos, especialmente en una industria clave con la de los semiconductores.
En tal sentido, la suspensión anunciada recientemente tendrá un impacto positivo, al menos en el corto plazo, no solo en la producción de semiconductores en Estados Unidos, sino también en la producción de energía renovable(sobre todo en energía solar), en la industria de vehículos eléctricos (en la producción de baterías) y en la industria para la defensa (diversos sistemas de tecnología militar).
Contexto global ampliado
El reciente anuncio del gobierno con sede en Beijing, sin embargo, no es un acto unilateral aislado; sino que sigue una dinámica de desescalada de la tensión comercial entre Estados Unidos y China. Los líderes de ambos países, Donald Trump y Xi Jinping, se reunieron el 30 de octubre en Busan, Corea del Sur, al margen de la cumbre del APEC y realizaron una serie de compromisos tras su reunión en que alivia la presión sobre el comercio bilateral.

Por un lado, Estados unidos se comprometió fundamentalmente a:
- Reducir aranceles para productos chinos relacionados con precursores químicos utilizados en la producción de fentanilo del 20% al 10%. Esto reducirá las tarifas estadounidenses para importaciones provenientes de China en general del 5/% al 47%.
- Pausar durante un año la aplicación de nuevas tarifas sobre los buques chinos que operan en puertos estadounidense.
- Pausa por un año de la expansión de la “lista negra” de compañías del Departamento de Comercio de Estados Unidos, la cual hubiera incluido a diversas compañías chinas.
Por el otro, los principales compromisos de china fueron:
- Levantar la prohibición de exportación de tierras raras a Estados Unidos que habían sido anunciadas el pasado 9 de octubre hasta noviembre de 2026, así como otros controles a la exportación de otros productos relacionados con baterías de ion-litio.
- Emitir licencias generales para la exportación de otros minerales críticos.
- Reanudar las importaciones de soja estadounidense, hasta 25 millones de toneladas métricas anuales para el período 2026-2028. Cabe aclararse que, de un total de USD 18.000 millones en 2022, los productores de soja estadounidenses exportaron a China tan solo USD 2.400 millones entre enero y julio del corriente año.
- Reanudar la cooperación en la lucha contra el flujo de fentanilo hacia territorio estadounidense.
La naturaleza recíproca de estos compromisos sugiere que ambos países se ven impactados por los costos económicos de las restricciones comerciales, y por lo tanto deben aliviar la competencia para manejar ciertas presiones internas. Mientras China necesita los ingresos por exportaciones ante la disminución de su tasa de crecimiento anual, Estados Unidos busca reducir la inflación y las vulnerabilidades de sus cadenas de suministro de recursos críticos.
Por demás, buscando reducir la dependencia estructural de China en sus cadenas de suministro, Estados Unidos está impulsando la firma de acuerdos con socios, como Australia, Japón y Corea del Sur, para garantizar el suministro confiable y sostenido en el tiempo de minerales críticos.
En tal sentido, la rivalidad sino-estadounidense también se proyecta en América Latina, donde países como Brasil, Argentina, Chile y Perú, ricos en litio, cobre, tierras raras y otros minerales críticos, se han convertido en un escenario de competencia por asegurar inversiones.
Conclusión
En conclusión, el encadenamiento de medidas políticas que disminuye la tensión comercial entre China y Estados Unidos les permite a ambos tomar un respiro tras meses de amenazas arancelarias cruzadas. Además, demuestra una dinámica que se mantiene constante en la relación China-Estados Unidos: negociar acuerdos que otorgan ventajas tácticas en ámbitos particulares en el marco de una competencia estratégica más amplia.
Si bien esto alivia la presión sobre la industria tecnológica a nivel global, sobre todo de semiconductores, también deja en evidencia una vez más la capacidad de influencia y presión de China en las cadenas de suministro globales, pudiendo utilizar la dependencia y vulnerabilidad de Occidente como una herramienta de negociación geopolítica.
A pesar de los esfuerzos progresivos de desacoplamiento económico, la dependencia occidental de materias primas provenientes de China es un riesgo geopolítico que no se resolverá en el corto plazo. Ello, en un contexto en el que la seguridad tecnológica exige construir cadenas de suministro estables y resilientes que garanticen previsibilidad futura.
