China describió los ejercicios realizados en la última semana como un “castigo” por “actos separatistas” por parte del nuevo presidente taiwanés. Estos han sido llevados a cabo en el estrecho de Taiwán, un pequeño paso marítimo que separa a ambos países, así como en áreas en el norte, sur y este de Taiwán. Además, los ejercicios involucraron operaciones conjuntas del ejército, la marina, la fuerza aérea y la fuerza de cohetes.
El Ejército Popular de Liberación (EPL), responsable de estos actos, ha declarado conjuntamente que los ejercicios están diseñados para probar la habilidad de tomar poder y controlar territorios clave, reflejando así los objetivos de “reunificación” de Taiwán por parte de Beijing.
Al ver el despliegue de tropas, las autoridades taiwanesas respondieron rápidamente y movilizaron a sus fuerzas marítimas, terrestres y aéreas. Además, la Guardia Costera de Taiwán desplegó su flota para “monitorizar los movimientos en las aguas marítimas circundantes”. En imágenes difundidas por la Guardia Costera en redes sociales, se observan a oficiales instando a los buques chinos a abandonar el lugar, diciendo: “Sus movimientos afectan al orden y a la seguridad de nuestro país, den media vuelta y dejen nuestras aguas lo antes posible”.
Dichos ejercicios también sirven como un mensaje para audiencias tanto domésticas como internacionales. Internamente, refuerza la convicción del gobierno chino de ir a por Taiwán, mientras que también advierte al resto de los países del sistema, en especial a Estados Unidos y sus aliados. Los norteamericanos han expresado un apoyo firme a Taiwán, e incluso proveyeron armas y asistencia para mejoras las capacidades de defensa de la isla.
No es la primera vez que China realiza operaciones semejantes alrededor de la isla, aunque rara vez con tal magnitud. La anterior administración de Taiwán atravesó escenarios similares, generalmente disparados por algún hecho mal visto por Beijing. En 2022, por ejemplo, China lanzó ejercicios militares en la zona luego de que la presidente de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Nancy Pelosi, visitara Taiwán.
Es necesario entender que estos ejercicios fueron puestos en marcha apenas tres días después de la asunción del nuevo presidente de Taiwán, Lai Ching-te, quien, en su discurso de inauguración como presidente, celebró la democracia de su país, e instó a China a “cesar su intimidación política y militar”, lo cual no fue bien recibido por el gobierno de Xi Jinping. Otros funcionarios chinos se expresaron al respecto, así como Chen Binhua, la portavoz de la oficina de China a cargo de los asuntos de Taiwán, quien dejó un mensaje contundente: “No importa cómo cambie la situación en la isla, no importa quién esté en el poder, eso no puede cambiar el hecho de que ambos lados del Estrecho de Taiwán pertenecen a una sola China y no puede detener la tendencia histórica de una eventual reunificación de la patria”. En suma, el Ministerio de Comercio de China anunció sanciones a Boeing y otras dos empresas de armas por vender equipamiento a Taiwán.
A continuación, la comunidad internacional tendrá que seguir de cerca el conflicto, ya que la llegada a la oficina de Lai Ching-te provocó descontento en China, quien no parece tener límites para conseguir sus objetivos. Taiwán, por su parte, deberá mantenerse muy alerta, y buscar apoyo de aliados, especialmente de los Estados Unidos.