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Crecimiento de los mercados del oro y de la plata en 2025

Los mercados del oro y la plata viven un momento alcista, con ambos metales tocando cotizaciones máximas históricas, impulsados por la búsqueda de activos de refugio ante incertidumbre económica y geopolítica, la compra en aumento por parte de bancos centrales y la creciente demanda industrial.

Publicado el 18 de diciembre de 2025 por Santiago Vera García
Crecimiento de los mercados del oro y de la plata en 2025

El año 2025 se consolidó como uno de los períodos más relevantes para los mercados de metales preciosos en lo que va del siglo XXI. En un contexto global marcado por tensiones geopolíticas sostenidas (competencia económica sino-estadounidense, guerra entre Rusia y Ucrania, conflicto palestino-israelí y tensiones en el Indo-Pacífico, por nombrar algunas), junto con expectativas de flexibilización monetaria en las principales economías y una creciente demanda de activos realestanto el oro como la plata registraron aumentos significativos en sus cotizaciones.

El análisis conjunto de ambos mercados, complementado por una mirada histórica del ratio oro-plata, permite comprender mejor las fuerzas estructurales que atraviesan al sistema financiero internacional. En este sentido, se observa una combinación de emergencia de factores macroeconómicos, expectativas de tasas de interés a la baja (especialmente en relación con la política monetaria de la Reserva Federal de Estados Unidos) y una demanda sostenida tanto de activos de refugio como de metales con fuerte uso industrial.

Mercado del oro: récord del siglo

El 2025 volvió a poner en evidencia el valor del oro como activo tradicional de refugio. A lo largo del año, su precio alcanzó niveles récord en términos nominales, superando los USD 4.300 por onza, acumulando la mayor suba anual desde 1979. Este desempeño estuvo vinculado a la continuidad de compras por parte de bancos centrales, sobre todo de países emergentes, a la persistencia de riesgos geopolíticos y a la expectativa de un cambio de ciclo en la política monetaria estadounidense.

En este marco, el oro reafirmó su posición como instrumento de cobertura frente a la volatilidad financiera, la inflación y la erosión de la confianza en monedas fiduciarias. Analistas de instituciones como JP Morgan y Bank of America proyectan que los precios del metal podrían continuar al alza en 2026, con estimaciones que incluso superan los USD 5.000 por onza.

Reservas de oro por país. Países que más reservas de oro acumularon entre 2019 y 2024. Fuente: BullionVault

Mercado de la plata: fuerte recuperación frente al oro

La plata fue, sin embargo, el metal que concentró mayor atención durante 2025. Hacia finales del año, los precios de la plata superaron por primera vez en la historia los USD 65 por onza, registrando ganancias interanuales superiores al 120%, un avance porcentual mayor al del oro.

A diferencia de este último, la plata combina su carácter de activo financiero con utilidad en el sector industrial, lo que explica su desempeño durante el año. Factores clave del impulso de la demanda de plata son la transición energética, la expansión de tecnologías asociadas a la electrificación y las expectativas de déficits estructurales de oferta. En este contexto, resulta relevante destacar que, en 2025, la plata fue incluida en la lista de minerales críticos de Estados Unidos por primera vez, junto con el cobre y otros minerales estratégicos.

La creciente demanda proveniente de sectores como la energía solar, los vehículos eléctricos y la digitalización de la economía reforzó el valor estratégico de la plata y contribuyó a una presión alcista en los precios.

Principales productores de plata del mundo (2021). Fuente: The Silver Institute

Ratio Oro-Plata: relación histórica y actualidad

De modo de obtener una mirada integral de la evolución de ambos metales, es clave observar el comportamiento del ratio oro-plata, un indicador medido históricamente que expresa cuántas onzas de plata son necesarias para adquirir una onza de oro. Desde el abandono del patrón oro en la década de 1970, los valores aceptados como “promedios normales” se ubican entre 50:1 y 70:1.

No obstante, el siglo XXI se ha caracterizado por mantener ratios por encima de estos promedios históricos, lo que sugiere una reconfiguración estructural del vínculo entre ambos metales, asociada a crisis financieras, cambios en la política monetaria global y transformaciones en la demanda industrial

  1. Tras la burbuja tecnológica, entre 2003 y 2008, el ratio alcanzó niveles cercanos a 80:1, para luego comprimirse a medida que la plata comenzó a superar al oro. En este período,  el precio de la plata se incrementó aproximadamente un 340%, marcando uno de sus mejores ciclos en décadas.
  2. Durante la crisis financiera internacional de 2008, el ratio volvió a dispararse hasta niveles cercanos a 84:1, reflejando la búsqueda de refugio por parte de los inversores. Posteriormente, con la implementación de políticas monetarias expansivas, la plata experimentó un fuerte rebote: hacia 2011, su precio se acercó a los USD 50 por onza, comprimiendo el ratio hasta aproximadamente 32:1, uno de los valores más bajos desde 1970.
  3. Un patrón similar se observó durante la pandemia de COVID-19 en 2020, cuando el ratio alcanzó un máximo histórico cercano a 125:1. Aquí se conjugaron dos factores clave: la incertidumbre internacional que llevó a la búsqueda desesperada de oro como refugio, aumentando su valor, y el desplome de la demanda industrial de la plata. Sin embargo, una vez superada la fase más aguda de la crisis, la compresión del ratio dio pie a un nuevo período de fortaleza relativa de la plata.

En consecuencia, la historia reciente muestra que los picos extremos suelen ser seguidos por procesos de corrección, en los cuales la plata recupera terreno de manera acelerada. Tras la anomalía registrada en la pandemia, entre 2022 y principios de 2025, el ratio se movió entre 80:1 y 95:1, por encima del promedio histórico moderno.

Luego de comenzar el 2025 con un ratio elevado, reflejo del avance inicial del oro, la suba de la plata en la segunda mitad del período provocó una compresión significativa de la relación oro-plata. Esto refuerza la regularidad observable desde los años 2000: cuando la relación alcanza niveles elevados y comienza a revertirse, la plata tiende a mostrar desempeños superiores al oro en términos relativos.

El oro parece consolidar su lugar como activo estructural en las reservas y carteras globales, mientras que la plata enfrenta un escenario de mayor volatilidad, pero también de oportunidades asociadas a su creciente centralidad industrial. En ambos casos, el ratio oro-plata seguirá siendo una herramienta clave para interpretar el equilibrio dinámico entre refugio financiero y demanda productiva en un mundo cada vez más incierto.

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