Durante el fin de semana, los opositores al régimen de Maduro que permanecen resguardados en la Embajada de Argentina, denunciaron que numerosos encapuchados con armas largas rodearon el edificio y bloquearon los accesos, en un episodio similar al ocurrido hace unos meses.

Luego de que el gobierno bolivariano expulsara a los representantes argentinos, las personas que se encontraban asiladas en la Embajada quedaron bajo la protección de Brasil, que se hizo cargo de la custodia del edificio tras las tensiones diplomáticas entre Buenos Aires y Caracas.

En su cuenta de X, uno de los refugiados informó de la situación en la mañana del sábado, pero el hostigamiento continuó durante el domingo, con «patrullas del SEBIN y del DAET, junto a funcionarios encapuchados y armados, rodean y asedian la Residencia de Argentina en Caracas».

En virtud de lo sucedido, la Cancillería argentina sostuvo que «el despliegue de efectivos armados, el cierre de calles alrededor de nuestra Embajada y otras maniobras constituyen una perturbación de la seguridad que debe garantizarse a las sedes diplomáticas de conformidad con el derecho internacional, así como a quienes han solicitado asilo diplomático.»

Del mismo modo, el gobierno de Estados Unidos condenó el hecho, señalándolo como una violación flagrante del derecho internacional, exigiéndole al régimen de Maduro que cumpla con sus obligaciones, poniendo fin a los actos intimidatorios y garantizando salvoconductos para los asilados.