El gobierno de Donald Trump anunció esta semana una recompensa de hasta USD 10 millones por información que permita identificar y desarticular las operaciones financieras de Hezbolá en la región de la Triple Frontera (Brasil, Paraguay y Argentina).
Según el comunicado oficial del Departamento de Estado, la organización terrorista obtiene ganancias en la zona a través de numerosas actividades delictivas.

En la Triple Frontera, los financistas y facilitadores de Hezbolá generan ingresos para la organización terrorista mediante actividades ilícitas como el lavado de dinero, narcotráfico, contrabando de carbón y petróleo, comercio ilegal de diamantes, contrabando de bienes —incluidos dinero en efectivo, cigarrillos y productos de lujo—, así como falsificación de documentos y dólares estadounidenses. También obtienen ingresos de actividades comerciales legales en América Latina, como la construcción, importación y exportación de mercancías y la venta de bienes raíces.

De este modo, las autoridades estadounidenses buscan datos que permitan localizar fuentes de ingreso de la organización o mecanismos financieros clave para sus operaciones; donantes o facilitadores financieros; instituciones financieras o casas de cambio que colaboren con el grupo terrorista; empresas bajo control directo o indirecto de Hezbolá; empresas pantalla utilizadas para adquirir tecnología de doble uso; y redes delictivas ligadas a simpatizantes que generen fondos para la organización.