Radar Austral

El acuerdo ítalo-argentino que proyecta a Argentina al top 5 global del GNL

Argentina firmó con la italiana ENI un acuerdo energético que proyecta exportaciones por USD 100.000 millones durante dos décadas. El proyecto nace en Vaca Muerta y apunta a transformar al país en uno de los mayores proveedores de gas licuado del mundo.

Publicado el 6 de junio de 2025 por Radar Austral
El acuerdo ítalo-argentino que proyecta a Argentina al top 5 global del GNL

En su paso por Roma, el presidente Javier Milei encabezó este 6 de junio la firma de un acuerdo histórico entre la energética estatal YPF y la compañía italiana ENI. El contrato, que proyecta exportaciones de gas natural licuado (GNL) por USD 100.000 millones durante los próximos veinte años, marca un punto de inflexión en el perfil exportador de la Argentina y posiciona al país dentro de los cinco mayores abastecedores mundiales de GNL. La operación, celebrada como un avance geopolítico y comercial de alto impacto, convierte al gas argentino en un recurso estratégico con destino europeo y redefine las relaciones bilaterales con Italia.

La iniciativa es el resultado de una planificación técnica y diplomática que comenzó en noviembre de 2024, cuando la primera ministra Giorgia Meloni visitó Buenos Aires y acordó junto a Milei el desarrollo de un plan de acción bilateral 2025-2030. Desde entonces, se activaron negociaciones entre las empresas energéticas de ambos países, con énfasis en el desarrollo de infraestructura de licuefacción y transporte. Finalmente, el acuerdo fue rubricado en la capital italiana con participación de autoridades técnicas, empresariales y diplomáticas, consolidando el inicio del megaproyecto “Argentina LNG”, que contará con inversiones privadas por más de USD 30.000 millones.

El núcleo del proyecto se ubica en Punta Colorada, Río Negro, donde se instalarán dos unidades flotantes de licuefacción (con posibilidad de ampliación a seis) que procesarán el gas extraído de Vaca Muerta para convertirlo en líquido y permitir su envío por barco. Cada unidad tendrá una capacidad estimada de seis millones de toneladas por año, y se prevé que las primeras exportaciones comiencen en 2028. A partir de entonces, Argentina podría generar ingresos anuales por USD 15.000 millones, una cifra que superaría en valor las exportaciones de soja o automóviles y que contribuiría a resolver la histórica restricción externa del país. Solo con el 10% del gas técnicamente recuperable en Vaca Muerta sería posible abastecer la totalidad del acuerdo con ENI.

Desde la perspectiva del comercio internacional, el acuerdo no solo amplía la base exportadora argentina, sino que también abre la puerta a nuevos mercados de alto valor agregado. Europa, con una demanda creciente de energía tras el conflicto entre Rusia y Ucrania, busca diversificar sus proveedores y reducir su dependencia del gas ruso. En este contexto, Italia aparece como una puerta de entrada estratégica, y Argentina como un socio confiable con reservas disponibles y voluntad de integración global. A diferencia de décadas pasadas, cuando las exportaciones energéticas estaban limitadas al Cono Sur, este proyecto inaugura una nueva etapa: la internacionalización de la matriz energética argentina.

Las implicancias geopolíticas del acuerdo también son relevantes. ENI es una de las compañías energéticas más importantes de Europa, con operaciones en más de 60 países, y su apuesta por Argentina refuerza la imagen del país como destino confiable para inversiones a largo plazo. Además, la afinidad ideológica entre Milei y Meloni, reflejada en gestos políticos y en la celeridad de las negociaciones, refuerza un eje diplomático inédito entre Buenos Aires y Roma. Ambos gobiernos comparten, además, el interés en dinamizar la ratificación del acuerdo entre la Unión Europea y el Mercosur, paralizado desde hace años. Este entendimiento energético puede actuar como una pieza clave para destrabar consensos dentro del bloque europeo.

Un factor clave que facilitó el compromiso de ENI y otras potenciales inversoras es la implementación del Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones (RIGI), recientemente aprobado en la Ley Bases. Este esquema otorga beneficios fiscales, aduaneros y cambiarios a proyectos superiores a los USD 200 millones. En el caso del acuerdo con Italia, el RIGI reduce las barreras de entrada para capital extranjero, otorga estabilidad jurídica a 30 años y habilita mecanismos de giro de utilidades, una condición indispensable para proyectos de esta envergadura. Empresas multinacionales como ENI valoraron especialmente este marco, que brinda previsibilidad y mejora la competitividad de Argentina frente a otros exportadores globales.

El gas natural licuado se ha convertido en una de las mercancías más valiosas del siglo XXI. Países como Qatar, Australia y Estados Unidos lideran actualmente el ranking de exportadores, pero el mapa está cambiando. En América Latina, Argentina posee una de las mayores reservas no convencionales de gas del mundo, con Vaca Muerta estimada en más de 300 TCF (trillones de pies cúbicos técnicamente recuperables), lo que la convierte en la mayor del continente en shale gas. Sin embargo, hasta ahora, la falta de infraestructura de licuefacción impedía aprovechar ese potencial. Con este proyecto, Argentina se convierte en un jugador global, con acceso directo al mercado europeo y capacidad de atraer a otros compradores. Shell, Total, Pampa Energía y Pan American Energy ya manifestaron interés en sumarse a futuras fases.

La cronología para llegar a este acuerdo se inició con la estructuración jurídica del proyecto bajo el Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones (RIGI), recientemente aprobado dentro de la Ley Bases, que brindó un marco favorable a la inversión privada extranjera. Luego pasó por la presentación técnica del proyecto en el Foro Davos 2025, y se consolidó con el viaje oficial a Italia, donde la empresa ENI ratificó su compromiso financiero. La decisión final de inversión (FID) se espera para el segundo semestre de 2025. De concretarse sin demoras, la construcción comenzaría en 2026 y los primeros envíos se realizarían dos años después, en plena temporada invernal del hemisferio norte.

Actualmente, los principales compradores de GNL a nivel global son Japón, China, Corea del Sur, India, Italia y España. Argentina aspira a captar parte de esa demanda, con precios competitivos y contratos de largo plazo. Brasil, Bolivia y Chile seguirán como mercados regionales importantes, pero el verdadero salto de escala se dará si logra insertarse de manera estable en la cadena energética global. Con el acuerdo firmado hoy, Argentina sale del lote de exportadores regionales y se sienta en la mesa de los grandes, algo que hasta hace pocos años parecía una utopía.

La imagen que sintetiza la jornada fue compartida por la Oficina del Presidente de la Nación: un video oficial muestra a Milei y Meloni supervisando juntos la firma del contrato estratégico entre YPF y ENI, con una bandera argentina y una italiana como telón de fondo. El gesto, más allá del simbolismo político, proyecta al mundo una imagen de alianza concreta entre ambos gobiernos para impulsar un proyecto de escala global. En tiempos de escasez energética y volatilidad geopolítica, esa escena cobra un valor que excede lo protocolar y se instala como una postal del nuevo posicionamiento argentino en el siglo XXI.

Por Ramiro Cura, licenciado en Relaciones Internacionales.

Compartí tu opinión