Mientras comienza la cuenta regresiva para la asunción de Donald Trump como presidente de los Estados Unidos, desde hace varias semanas el republicano viene marcando agenda y haciendo pública su voluntad de hacerse con el control de puntos estratégicos, como la isla de Groenlandia. En el mes de diciembre, Trump comenzó a publicar reiterados mensajes en redes sociales, asegurando que Estados Unidos debería comprar Groenlandia, con el tinte disruptivo y controversial que tanto caracteriza su forma de comunicar.
A menos de un mes de que el presidente electo pusiera el ojo en Groenlandia, incorporada a Dinamarca en calidad de territorio autónomo de ultramar, la primera ministra del gobierno danés mantuvo una llamada telefónica de 45 minutos con Trump este miércoles. Durante la conversación, Mette Frederiksen le dijo al líder republicano que es Groenlandia quien debe decidir sobre su futuro, en relación a la consulta que se llevará a cabo en la isla para que la ciudadanía elija entre obtener su independencia o continuar siendo un territorio autónomo de Dinamarca. Por su parte, el gobierno danés dijo que respetará el resultado, abriendo la puerta a la posibilidad de renunciar a su soberanía sobre la isla, y facilitando una eventual anexión por parte de Estados Unidos, hecho que fue duramente criticado por la oposición danesa.

Tras conocerse lo hablado en la llamada, el diputado opositor Rasmus Jarlov declaró que «es completamente inaceptable que Frederiksen renuncie a los derechos de Dinamarca en Groenlandia y coloque la soberanía únicamente en manos del autogobierno cuando habla con el Presidente de los Estados Unidos«. No obstante, la mandataria danesa reiteró la postura del primer ministro de Groenlandia, quien aseveró que la isla no está en venta, cuando Trump comenzó a publicar mensajes sobre adquirir el territorio para Estados Unidos. Asimismo, Frederiksen le aseguró al presidente electo que Dinamarca está preparada para aumentar su responsabilidad en el Ártico, zona en la que confluyen numerosos intereses geopolíticos de distintos países. En una muestra de este compromiso, la semana pasada, las fuerzas especiales danesas llevaron a cabo ejercicios militares en Groenlandia, en una de las maniobras barajadas por el país europeo para hacer frente a las amenazas de Trump.

Luego de la llamada, Trump, quien la semana pasada amenazó a Dinamarca con imponer aranceles elevados si el gobierno danés no renuncia a la isla, publicó en su red social Truth Social, una encuesta del año 2019 que señala que el 68% de los ciudadanos de Groenlandia están a favor de obtener su independencia de Dinamarca. Se trata de otro contundente mensaje, que se suma a los reiterados dichos sobre anexar la isla, y al viaje que realizó su hijo hace algunos días. Como señaló Radar Austral hace algunas semanas, ya en su primer mandato, Trump había mostrado interés en Groenlandia. En aquella ocasión, se encontró con un fuerte rechazo del gobierno danés, quien tildó de absurdas las ideas del republicano. Años más tarde y a punto de comenzar un nuevo período al mando de la Casa Blanca, Trump le habría encomendado a sus asesores de política exterior explorar distintas iniciativas para aumentar la integración entre Groenlandia y Estados Unidos.