Esta iniciativa, impulsada por la administración actual durante la Cumbre del Mercosur de diciembre de 2024, promete un impacto transformador para las economías regionales y la competitividad internacional de los productos argentinos.
Según el informe “Estados Unidos: Oportunidades para la agroindustria argentina en un acuerdo de libre comercio”, elaborado por la Bolsa de Cereales y la Fundación INAI, un acuerdo bilateral con Estados Unidos podría mejorar significativamente las condiciones de acceso para distintos productos argentinos, eliminando barreras arancelarias y no arancelarias que actualmente limitan su potencial. Este paso, calificado por el gobierno como “necesario e impostergable”, también sentaría las bases para modernizar la política comercial del Mercosur, cuya rigidez ha obstaculizado durante años la capacidad de Argentina para negociar acuerdos individuales con socios estratégicos.
Un mercado lleno de oportunidades
Estados Unidos importa anualmente productos agroindustriales por casi USD 250.000 millones, lo que lo posiciona detrás de la Unión Europea y China como uno de los mercados más relevantes del mundo. A pesar de esto, Argentina solo ocupa el puesto 24 entre sus proveedores, representando un magro 0,8% de las importaciones agroindustriales estadounidenses.
Esta participación limitada no refleja el potencial de los productos argentinos, sino las condiciones desventajosas que enfrentan los exportadores. Mientras países como México y Canadá acceden a este mercado sin aranceles gracias al T-MEC, los productos argentinos enfrentan derechos de importación que oscilan entre el 2,9% y el 37%, dependiendo del sector.
El informe identifica 13 productos con gran potencial de expansión en Estados Unidos, entre ellos:
- Vinos: actualmente, el principal producto exportado a Estados Unidos, con ventas que alcanzaron USD 174 millones en 2023. Sin embargo, enfrenta una dura competencia de Francia e Italia, que dominan el mercado con el 64% de las importaciones.
- Carne bovina: Estados Unidos importa carne fresca y congelada por más de USD 7.400 millones anuales. Argentina, limitada por un contingente arancelario de 20.000 toneladas, podría incrementar sustancialmente su participación en este segmento si se eliminan barreras.
- Miel y aceite esencial de limón: productos donde Argentina ya lidera como proveedor, aunque enfrenta medidas antidumping que encarecen sus exportaciones.
- Biodiésel: un caso paradigmático, ya que Argentina perdió este mercado en 2018 por derechos compensatorios y antidumping que elevaron los costos de exportación en más del 140%. Un acuerdo bilateral podría reabrir estas oportunidades.
Otros productos destacados incluyen jugos cítricos, papas congeladas, aceites vegetales, chocolates y artículos de confitería, todos ellos con amplio margen de crecimiento si se logra un acceso arancelario preferencial.
El compromiso político con la apertura comercial
El presidente Javier Milei ha sido claro en su intención de «dinamizar la inserción internacional de Argentina», destacando que la apertura al mundo es un pilar fundamental para el crecimiento económico del país. Durante la Cumbre del Mercosur, Milei no solo propuso flexibilizar las reglas del bloque para permitir acuerdos bilaterales, sino que también subrayó la necesidad de reducir el Arancel Externo Común, que actualmente limita la competitividad de las exportaciones argentinas.
La apuesta por este acuerdo con Estados Unidos no solo busca diversificar las exportaciones agroindustriales, sino también enviar una señal de confianza a los mercados internacionales. «El comercio internacional no debe ser visto como una amenaza, sino como una herramienta para generar empleo de calidad y desarrollo regional», afirmó el presidente.
Este enfoque también responde a las limitaciones históricas del Mercosur, que desde su creación en 1991 no ha logrado consolidarse como un dinamizador del comercio exterior. Según el informe, mientras bloques como la Unión Europea tienen 47 acuerdos comerciales vigentes, Mercosur solo ha logrado firmar 9, alcanzando apenas el 10% del PIB mundial.
Desafíos y ventajas competitivas
Uno de los mayores desafíos para Argentina será negociar la eliminación de medidas de defensa comercial adoptadas por Estados Unidos, que han limitado las exportaciones de productos clave como biodiésel, miel y jugos concentrados. Estas medidas, que incluyen derechos compensatorios y antidumping, afectan la competitividad de los productos argentinos frente a los de otros países que gozan de acceso preferencial.
No obstante, Argentina cuenta con varias ventajas competitivas que le permitirían destacarse en el mercado estadounidense. El consumidor norteamericano, conocido por su poder adquisitivo y su preferencia por alimentos saludables y sostenibles, podría encontrar en los productos argentinos una respuesta a sus demandas. Vinos premium, miel orgánica, carne bovina de alta calidad y aceites esenciales son solo algunos ejemplos de productos que cumplen con los estándares más exigentes de trazabilidad, sostenibilidad y certificación.
Además, la diversificación de la matriz exportadora agroindustrial argentina, que incluye una importante participación de las economías regionales, refuerza su posicionamiento en el mercado estadounidense. Mientras otros destinos concentran sus importaciones en productos de menor valor agregado, Estados Unidos demanda bienes elaborados y de calidad, lo que ofrece una oportunidad única para los productores argentinos.
Proyecciones alentadoras
Según el informe, un acuerdo de libre comercio con Estados Unidos permitiría duplicar o incluso triplicar las exportaciones agroindustriales en los próximos años, generando divisas cruciales para el país. En 2023, las exportaciones argentinas a Estados Unidos alcanzaron los USD 2.100 millones, pero esta cifra podría crecer exponencialmente si se eliminan barreras como los aranceles y contingentes.
El gobierno ha dejado en claro que este acuerdo no solo es una oportunidad comercial, sino una herramienta para mejorar la calidad de vida de los argentinos, fortaleciendo la presencia del país en el comercio global.
Este acuerdo, aún en fase de negociación, representa un paso significativo hacia una inserción internacional más competitiva y un futuro próspero para Argentina.