Hace unos meses, siete hombres fueron condenados a prisión por violar a dos jóvenes menores de edad en la ciudad de Rotherham, el norte de Inglaterra. El caso conmocionó a la sociedad británica y puso en agenda los resultados de un informe encomendado por el gobierno británico, según el cual, entre 1997 y 2013, más de 1.400 niñas a cargo de los servicios de protección social sufrieron abusos sexuales a manos de grupos organizados. Estas bandas, integradas en su mayoría por inmigrantes de origen pakistaní, recibieron el nombre de «grooming gangs».

Según el informe, la mayoría de los abusos tuvieron lugar en las ciudades de Cornualles, Derbyshire, Bristol, Rochdale y Rothherham. Esta última se convirtió en el epicentro del escándalo. Sin embargo, lo que generó mayor indignación en la ciudadanía británica tras conocerse los hechos, es la pasividad y la lentitud de las autoridades para afrontar esta problemática, proteger a las víctimas y castigar a los culpables. La falta de acción de la policía y los jueces, sea por cuestiones burocráticas, temor a causar tensión racial o ser blanco de acusaciones de islamofobia, desató un enorme caudal de críticas al gobierno británico.

Un elemento que generó particular revuelo, es el hecho de que el actual Primer Ministro del Reino Unido, Keir Starmer, encabezó el Servicio de Fiscalía de la Corona durante parte del período en el que el informe sitúa los abusos sexuales (2008-2013), motivo por el cual el gobierno británico quedó parado en el ojo de la tormenta. En esta línea, el empresario y aliado de Donald Trump, Elon Musk, arremetió contra Starmer en su red social X, acusando al Primer Ministro de ser «culpable de terribles crímenes contra el pueblo británico» y afirmando que «los cobardes que permitieron las violaciones en masa a niñas en Gran Bretaña continúan en el poder… por ahora». A partir de estos dichos, el CEO de Tesla exigió la dimisión del gobierno laborista.

El diario británico The Telegraph, sostuvo que a las niñas que fueron víctimas de violación por parte de inmigrantes, se les negó justicia y protección estatal para preservar la imagen de una sociedad multicultural exitosa, y mencionó la decisión de la Ministra de Protección de los Niños de bloquear una investigación pública sobre bandas dedicadas a la prostitución en la ciudad de Oldham, afirmando que grupos organizados abusaban de niños mientras las autoridades hacían oídos sordos. Según el renombrado periódico, se trata de una problemática de larga data, y «en todo el país, las autoridades deliberadamente hicieron la vista gorda ante los horribles abusos de niños mayoritariamente blancos por parte de bandas de hombres predominantemente de ascendencia paquistaní.»