Medios españoles informaron que Madrid no adquirirá aviones F-35 y que en su lugar priorizará las opciones de la industria europea, como el Eurofighter Typhoon y el Future Combat Air System (FCAS), aún en fase de desarrollo.
Un artículo de EL PAÍS afirma que los contactos preliminares entre el gobierno español y Lockeed Martin fueron suspendidos indefinidamente, por lo que la compra del caza furtivo estadounidense fue dejada de lado. En el pasado, el Ministerio de Defensa le remitió a la empresa una Request for Information (RFI) del F-35, y en un proyecto de presupuesto del año 2023, figuraba una partida de unos USD 7.000 millones para «el avión sustituto del AV-8B», es decir, los Harrier operados por la Armada.

Al igual que la variante B del F-35, el Harrier es un caza de aterrizaje y despegue vertical, por lo que los militares españoles han mostrado gran interés en el primero al momento de buscar un sustituto para una aeronave que lleva más de 40 años en servicio en la Armada.
Así, se habría considerado al F-35A para el reemplazo de los viejos F/A-18 Hornet del Ejército del Aire, y al F-35B (variante embarcada) para sustituir a los AV-8B Harrier de la aviación naval. Estos últimos llevan décadas en servicio y está previsto que sean retirados en 2030. Por lo tanto, la decisión de descartar la compra del caza de quinta generación de Lockheed Martin dejaría a la Armada española sin aviones de ala fija.
Por otro lado, el gobierno español se ha comprometido a elevar el gasto en defensa al 2% del PBI, para lo cual ha destinado fondos adicionales, junto con el compromiso de priorizar la industria militar europea al momento de equipar a sus fuerzas armadas. Sin embargo, el F-35A era la opción preferida del Ejército del Aire, afirman medios españoles, y el caza de sexta generación del FCAS no estará operativo hasta dentro de una década (si es que el proyecto finalmente se concreta).