Estados Unidos enviará al mar Caribe al portaaviones USS Gerald R. Ford, el buque insignia de su flota y el más grande del mundo, como parte de una nueva fase de su ofensiva contra el narcotráfico en América Latina. La decisión, dispuesta por el secretario de Defensa Pete Hegseth y avalada por el presidente Donald Trump, supone un aumento drástico de la presencia militar estadounidense en la región, en plena escalada con Venezuela.
El Pentágono explicó que la misión tiene como objetivo “detectar, vigilar e interrumpir actividades ilícitas que amenazan la seguridad del hemisferio occidental”. El Gerald Ford viajará acompañado por un grupo de ataque compuesto por el crucero USS Normandy y los destructores USS Thomas Hudner, USS Ramage, USS Carney y USS Roosevelt. En total, el despliegue movilizará a más de 5.000 efectivos y cerca de 90 aeronaves, que operarán bajo la dirección del Comando Sur.

La medida fue anunciada pocas horas después de que bombarderos estratégicos B-1B sobrevolaran el Caribe frente a las costas venezolanas, una maniobra que Caracas calificó como una “provocación”. Desde septiembre, el Pentágono ha ejecutado al menos diez ataques navales contra presuntas embarcaciones de narcotráfico en aguas internacionales, con un saldo de unas cuarenta personas muertas.
Washington sostiene que parte de las embarcaciones destruidas estaban vinculadas al Tren de Aragua, organización criminal venezolana recientemente designada por Estados Unidos como grupo terrorista. No obstante, la intensidad y escala de las operaciones ha sido motivo de numerosas críticas. El envío de un portaaviones nuclear y de aviones F-35 ha sido interpretado como un mensaje político hacia el gobierno de Nicolás Maduro, quien afirma que Washington busca desplazarlo del poder.
En agosto, la administración Trump había duplicado a USD 50 millones la recompensa por información que conduzca a la captura del mandatario venezolano, acusado por EE.UU. de liderar una red de narcotráfico, cargos que Caracas rechaza como parte de una “campaña de desestabilización”.
El USS Gerald R. Ford, en servicio desde 2017, es el portaaviones más avanzado del mundo. Propulsado por dos reactores nucleares, puede alojar más de 75 aeronaves, incluidos cazas F/A-18 Super Hornet y aviones de alerta temprana E-2 Hawkeye. Su presencia en el Caribe marca el mayor despliegue naval estadounidense en América Latina en más de una década.
