Según Reuters, el gobierno estadounidense estaría analizando la posibilidad de vender hasta 48 aviones de combate F-35 a Arabia Saudita. La solicitud, que lleva meses en estudio dentro del Pentágono, habría avanzado recientemente a una instancia superior en el Departamento de Guerra, aunque aún no se ha tomado una decisión final. Para concretarse, el acuerdo requeriría la firma del presidente Donald Trump, la aprobación del gabinete y la notificación formal al Congreso.
De realizarse, la operación implicaría un cambio importante en la política estadounidense para Oriente Medio, donde Washington procura asegurar que Israel mantenga lo que denomina su “ventaja militar cualitativa”. Actualmente, Israel es el único país de la región que opera el F-35, considerado el caza más avanzado del mundo. La incorporación de este sistema de armas por parte de Arabia Saudita podría modificar el balance de fuerzas en la región.
Riad ha buscado reiteradamente acceder al F-35 como parte de sus planes de modernización de la fuerza aérea y de su programa estratégico Visión 2030. Su flota actual incluye F-15 estadounidenses, Typhoon europeos y antiguos Tornado. En paralelo, el reino exploró adquisiciones alternativas, como la variante F4 del Rafale francés y nuevos lotes de Eurofighter Typhoon, aunque varios de esos procesos se vieron condicionados por vetos y decisiones políticas en Europa y Estados Unidos. La administración Trump, sin embargo, ha demostrado mayor disposición a profundizar la cooperación militar con Arabia Saudita, incluida la firma en 2024 de un paquete de defensa valuado en aproximadamente USD 142.000 millones.
En este marco, podría entrar en juego la posibilidad de que Riad normalice relaciones con Israel, elemento que ha sido mencionado en distintas negociaciones en los últimos años y que podría influir en la posición estadounidense al respecto. No obstante, cualquier venta de F-35 deberá superar el escrutinio del Congreso, donde persiste la desconfianza hacia Arabia Saudita tras el asesinato del periodista Jamal Khashoggi y las críticas sobre la guerra en Yemen.