Este domingo, Australia y Filipinas llevaron a cabo un desembarco anfibio para entrenar la recuperación de una isla tomada por un adversario ficticio. Desde lanchas de asalto, los soldados avanzaron sobre la playa bajo la cobertura de aeronaves EA-18G Growler australianas y FA-50 filipinas.
En simultáneo, militares filipinos y estadounidenses fueron desplegados desde helicópteros MV-22 Osprey del Cuerpo de Marines de Estados Unidos y Black Hawk de la Fuerza Aérea Filipina para retomar el control de una pista de aterrizaje. Las tropas combinadas aseguraron el aeródromo en un ejercicio destinado a poner a prueba la capacidad de respuesta ante un escenario de ocupación.
Las maniobras están enmarcadas en el Ejercicio ALON 25, que se desarrolla entre el 15 y el 29 de agosto en diferentes locaciones de Filipinas, y cuenta con la participación de más de 3.600 efectivos de Filipinas y Australia, junto a militares de Canadá, Estados Unidos e Indonesia.
Australia desplegó alrededor de 1.600 militares, además del destructor Brisbane; cazas F/A-18F Super Hornet y EA-18G Growler; transportes C-130J; y un avión de patrulla marítima P-8A Poseidon. Por su parte, Filipinas contribuyó con alrededor de 1.500 uniformados, incluyendo unidades de infantería, blindados, ingenieros y fuerzas especiales, además de aviones FA-50 y helicópteros S-70 Black Hawk.

El calendario del ALON 25 incluye prácticas de fuego real y maniobras combinadas de artillería y operaciones anfibias. Según las autoridades de defensa de ambos países, el objetivo principal es fortalecer la interoperabilidad y preparar a las tropas para escenarios de contingencia en la región.
El viceprimer ministro y ministro de Defensa australiano, Richard Marles, quien presenció parte de los ejercicios junto al secretario de Defensa filipino, Gilberto Teodoro, destacó la cooperación entre ambas fuerzas. “Se trata de fomentar la interoperabilidad entre dos países que comparten valores comunes y el compromiso de mantener un orden basado en normas en la región”, afirmó el funcionario.
Por su parte, Teodoro remarcó la importancia de este tipo de entrenamientos ante la posibilidad de tener que operar de manera conjunta frente a emergencias. “Cosas como esta se hacen con planificación previa. Sin embargo, sabiendo que, en cualquier momento, podríamos tener que operar juntos”.
La edición 2025 del ALON tiene lugar en un contexto de creciente tensión en el Mar de China Meridional, donde los encontronazos entre embarcaciones chinas y filipinas son recurrentes. Filipinas ha denunciado numerosos incidentes con buques chinos en el último tiempo, en aguas que Pekín reclama casi en su totalidad. Por su parte, China se ha opuesto de forma sistemática a los ejercicios militares de Manila con socios extranjeros, calificándolos de provocaciones.
