Como cada año, este viernes concluyo Jackson Hole, una de las cumbres más determinantes en términos económicos y financieros. En el estado de Wyoming, se reunieron los principales banqueros centrales del mundo, entre ellos se encontraban Jerome Powell, presidente de la Reserva Federal (FED) de los Estados Unidos, Philip Lane, economista en jefe del Banco Central Europeo y Andrew Bailey, gobernador del banco de Inglaterra. Particularmente, este año sucede en un momento crucial, con alta expectativa y a la espera de cambios en la política monetaria de Estados Unidos. Finalmente, Jerome Powell mantuvo una conferencia de prensa delineando cuáles serán los pasos por seguir de la Reserva Federal.
Luego de mucho tiempo de espera e incertidumbre, el presidente de la FED trajo certezas para los analistas. Dio señales claras que esta dispuesto a reducir el costo del dinero a partir de septiembre. «Ha llegado el momento de ajustar la política monetaria». Recordemos que para hallar estos niveles de tasas de interés en los Estados Unidos es necesario remontarnos al año 2001, cuando la tasa igualaba el nivel actual que se encuentra en torno al 5,25%-5,50%.
Sin embargo, reitero el hecho de que las decisiones a tomar dependerán de los datos macroeconómicos que la FED reciba: «La dirección es clara, el momento y ritmo de los recortes de tasas dependerán de los datos entrantes, la evolución de las perspectivas y el equilibrio de riesgos.»
Actualmente, las variables clave para la Reserva Federal son los datos de empleo. Basándonos en las proyecciones que la FED tenia, notamos que el ritmo al que se está enfriamiento el mercado laboral no era como ellos lo pensaban, se creía que el desempleo terminaría el año en una tasa de 4% para alcanzar un techo de 4,2% el año próximo. Sin embargo, en el último mes se disparó a 4,3%. “No buscamos ni daremos la bienvenida a una mayor desaceleración en las condiciones laborales”.
A su vez, refuerza la idea de mantener el mandato dual, son conscientes que si la inflación retoma un sendero alcista tendrán que dar marcha atrás con el rebaje de las tasas de interés. Por esto mismo se mueven con mucha cautela y precaución, saben que, de suceder, afectaría muy negativamente la credibilidad y reputación de los miembros de la Reserva Federal. «Haremos todo lo posible para apoyar un mercado laboral fuerte mientras avanzamos hacia la estabilidad de precios.» Esta declaración redujo las probabilidades de una bajada de 50 puntos básicos aumentando al 71% la probabilidad de que la reducción de la tasa de interés sea de 25 puntos básicos.
Estas noticias lograron traer certidumbre y tranquilidad a los mercados. Las señales son claras, la Reserva Federal tiene todo listo para comenzar la bajada de tasas de interés en septiembre. Aunque las probabilidades demuestran que es poco probable, se mantiene la expectativa del mercado ante la posibilidad de una reducción de mayor tamaño al que se acostumbra. Ahora mas que nunca, y considerando que la propia reserva federal insiste en ser data dependiente, será necesario estar atento a los indicadores de actividad, empleo e inflación de los próximos meses.