Israel anunció que está dispuesto a retirar de manera gradual a sus tropas del sur del Líbano, en la medida en que el ejército libanés ejecute el plan de desarme de Hezbolá, grupo terrorista respaldado por Irán. La medida, presentada como un gesto de apertura, fue calificada por Netanyahu como una decisión “trascendental” del gobierno libanés.

El compromiso de Israel se desprende del acuerdo de alto el fuego alcanzado con Hezbolá en noviembre del año pasado, con la mediación de Estados Unidos, que establecía la retirada de las FDI y la toma del control del sur del Líbano por parte del ejército local. Aunque gran parte de las tropas israelíes se replegaron, aún permanecen en cinco puestos de avanzada cercanos a la frontera.

En un comunicado, la oficina de Netanyahu señaló que si las Fuerzas Armadas del Líbamo toman las medidas necesarias para implementar el desarme, Israel responderá con una reducción paulatina de sus tropas en la zona. En el texto también se planteó la disposición del gobierno israelí a “avanzar en un espíritu de cooperación” con los países vecinos, en referencia a Beirut.

El anuncio tuvo lugar tras la reunión de Netanyahu con el enviado estadounidense Tom Barrack, quien participa en los esfuerzos diplomáticos para desarmar a Hezbolá y facilitar la retirada israelí. En este marco, Barrack ha expresado que Israel debería cumplir con lo previsto en el plan impulsado por el gobierno libanés.

El gabinete del Líbano le encomendó recientemente al ejército la elaboración de un plan para consolidar el monopolio estatal del uso de la fuerza a lo largo del país, ante la proliferación de grupos armados que desafían al Estado. Esta iniciativa apunta contra la posición de Hezbolá, que hasta ahora ha rechazado desarmarse. Mientras tanto, Israel mantiene ataques aéreos periódicos en el Líbano, que según asegura están dirigidos contra militantes e instalaciones del grupo chiíta apoyado por Irán.