El secretario general de la OTAN, Mark Rutte, informó este viernes la puesta en marcha de la operación Eastern Sentry (Centinela Oriental). “El cruce de drones rusos en espacio aéreo aliado fue irresponsable e inaceptable. No podemos tener drones rusos entrando en espacio aéreo de la OTAN”, declaró en Bruselas. El Comandante Supremo Aliado en Europa, general Alexus Grynkewich, reforzó el mensaje: “Defenderemos cada centímetro de nuestro territorio”.
La misión comenzará a desplegarse en los próximos días y contará con aportes de varios socios europeos. Francia enviará cazas Rafale acompañados por un avión A400M Atlas, Alemania prolongará el patrullaje de sus Eurofighter EF-2000 estacionados en Polonia hasta fin de año, Dinamarca sumará aviones F-16 y la República Checa desplegará helicópteros Mil Mi-171 con 150 soldados. Según la OTAN, estas medidas buscan dar una respuesta rápida y coordinada en una zona de creciente fricción con Moscú.

El gobierno polaco insiste en que la incursión no fue accidental. El primer ministro Donald Tusk respondió a los dichos del presidente estadounidense Donald Trump, quien había sugerido que pudo tratarse de un error, con un mensaje en X: “Nosotros también desearíamos que el ataque con drones a Polonia fuera un error. Pero no lo fue. Y lo sabemos”. En esta línea, el viceministro de Defensa polaco Cezary Tomczyk sostuvo que “Uno o dos drones podrían considerarse un error, pero el lanzamiento de 19 constituye un ataque intencionado contra Polonia y el flanco oriental de la OTAN”.
Por su parte, Rusia negó cualquier intención de atacar Polonia y afirmó que sus drones tenían como objetivo instalaciones militares en Ucrania. El Kremlin consideró que la reacción de los países europeos era “emocional” y “basada en la hostilidad hacia Rusia”. Moscú evitó comentar directamente el derribo de los drones, pero en Occidente se lo interpretó como una provocación deliberada destinada a probar la capacidad de respuesta de la OTAN.

El incidente llevó a Varsovia a convocar una reunión de emergencia del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas para debatir el asunto este viernes. Alemania ya había reforzado la vigilancia aérea sobre su vecino oriental y otros miembros de la Alianza expresaron respaldo político y militar. “Es un mensaje claro de unidad frente a un comportamiento peligroso”, afirmó Rutte tras el anuncio de la nueva operación.
La tensión se incrementa aún más por el inicio de Zapad-2025, las maniobras conjuntas entre Rusia y Bielorrusia que incluyen ejercicios militares en áreas cercanas a la frontera polaca. Varsovia respondió cerrando el paso fronterizo con Bielorrusia y poniendo en marcha otro ejercicio militar, denominado Iron Defender.