El presidente de Ucrania, Volodymir Zelensky, firmó un decreto el día de ayer para retirarse de la Convención de Ottawa. «Por la presente decreto (…) implementar la decisión del Consejo de Seguridad Nacional y Defensa de Ucrania de fecha 29 de junio de 2025 sobre la retirada de Ucrania» reza el comunicado publicado en el sitio web del gobierno ucraniano. Para ser efectiva, la decisión necesita la aprobación del Parlamento, aunque por el contexto se espera que sea autorizada sin mucha demora.
«Ucrania, que se enfrenta a una invasión de Rusia desde febrero de 2022, se ve obligada a dar prioridad incondicional a la seguridad de sus ciudadanos y a la defensa del Estado» sostuvo el Ministerio de Asuntos Exteriores de Kiev sobre la decisión. Por su parte, el mandatario ucraniano afirmó que las minas antipersonales son «a menudo el instrumento que nada puede sustituir para fines de defensa». Y este mes, la ONU informó que Ucrania se convirtió en el país más minado del mundo.
En marzo de 1999 entró en vigor la Convención de Ottawa sobre la prohibición del empleo, almacenamiento, producción y transferencia de minas antipersonales, con el fin de combatir el uso de este tipo de armas. Si bien son más de 160 los países firmantes del Tratado, Estados Unidos, Rusia y China nunca adhirieron. A más de 3 años de iniciada la guerra en Ucrania, algunos miembros de la OTAN que tienen proximidad geográfica o incluso comparten fronteras con Rusia, han manifestado su voluntad de abandonar la Convención si el contexto de seguridad europeo se vuelve más apremiante.
En marzo de este año, los ministros de defensa de Polonia, Lituania, Letonia y Estonia firmaron una declaración conjunta en la que expresaron la voluntad de sus países de asegurarse las capacidades que les permitirían a sus fuerzas armadas responder ante eventuales agresiones. Aludiendo a las crecientes amenazas de naturaleza militar que enfrentan los miembros del flanco oriental de la OTAN, Polonia y los países bálticos se reservaron la libertad de decisión para dotar a sus ejércitos del armamento necesario, incluyendo minas antipersonales.
Los Estados del este de Europa, más vulnerabes a una posible agresión de Moscú, señalan que la prohibición de este tipo de armas los deja en una situación de desventaja frente a Rusia, que nunca firmó la Convención de Ottawa y ha utilizado minas terrestres durante toda la guerra.