El establecimiento, inaugurado en el año 1941, comenzó a tratar principalmente la enfermedad de Hansen, comúnmente conocida como lepra, destacando la profilaxis junto con los tratamientos terapéuticos que requerían su cuidado y posterior seguimiento. De este modo, en poco tiempo fue convirtiéndose en un referente en toda Sudamérica. Al día de hoy, tal enfermedad fue erradicada y el actual hospital, con sus casi 300 hectáreas, brinda asistencia en todas las especialidades médicas, habiendo adquirido recientemente su primer equipo de pediatras en la historia del hospital.
En los tiempos que corren y siendo otra cara de la moneda, las auditorías realizadas por el Ministerio de Salud, dieron a conocer como una asociación ilícita de internados arrendaba tierras y ganado (propiedad del Estado nacional). Incluso se reveló como se organizaban punteros para suministrar y administrar fondos de manera irregular con la complicidad de gremios y sindicatos. La semana pasada, delegados y allegados a estos sindicatos; UPCN y ATE, circularon por las calles y pabellones del predio declarando que los antiguos directores del Sommer, Gustavo Antonio Marrone y Sergio Glassman, estarían siendo nombrados como autoridades en el Hospital Ramon Carrillo, perteneciente a la localidad de Lujan.
Cabe destacar que estas personas (Marrone y Glassman) bien podrían estar implicadas en la denuncia actual que lleva a cabo el Ministerio de Salud por el mal desempeño en la función publica, como también resaltar la posible cooperación que tendrían con allegados al Carrillo (ex Montes de Oca). Asimismo, diversas fuentes dentro del Hospital Carrillo aseguran que una Senadora del Pro, habría facilitado el ingreso de estas personas prometiéndoles, además de un puesto por la obvia pretensión monetaria, una especie de “seguro legal” a cambio de ciertos favores.