Francia propuso a Alemania y España «repensar» la distribución del trabajo dentro del programa Future Combat Air System (FCAS), el proyecto europeo que busca diseñar un sistema de combate aéreo de próxima generación. Según el gobierno francés, la idea de revisar la división de las tareas está orientada a evitar más demoras y garantizar que el nuevo caza entre en servicio hacia 2040.
La Dirección General de Armamento del Estado francés, le manifestó a medios especializados que la cooperación entre los socios está siendo renegociada con el fin de fortalecer el liderazgo industrial del programa. “Francia, como país líder del programa, propone a sus socios gubernamentales e industriales que aprovechen las lecciones de los primeros años de cooperación”, dijo el organismo.
En esta línea, Dassault Aviation, empresa líder del desarrollo del avión de combate, ha reclamado una mayor participación en el proyecto. Su director ejecutivo, Eric Trappier, ha sido crítico respecto a los retrasos ocasionados por la puja con Airbus, que representa a Alemania y España. Trappier también ha advertido que el calendario actual hace poco probable que el caza esté listo para 2040, y estima que podría demorarse hasta 2045.
Estas diferencias en torno la distribución del trabajo provocaron tensiones entre París y Berlín. Dassault reclama el control del 80% del proyecto, lo cual es considerado inaceptable por Alemania. El canciller Friedrich Merz insiste en que deben respetarse los acuerdos ya firmados. Durante una reunión con el secretario general de la OTAN que tuvo lugar este miércoles, el mandatario alemán señaló que «las diferencias de opinión sobre la composición del consorcio aún no se han resuelto».

En paralelo a las fricciones franco-germanas, Berlín estaría analizando ampliar su flota de cazas estadounidenses F-35A. Según un reciente informe de Politico, el gobierno alemán estudia la compra de 15 unidades adicionales, lo que elevaría a 50 el total previsto. Sin embargo, el portavoz del Ministerio de Defensa de Alemania informó que «no está previsto adquirir actualmente más F-35 de los 35 ya contratados».
El gobierno germano ha defendido públicamente el FCAS como un pilar de la soberanía europea, en un contexto en el que los países del viejo continente buscan reducir su dependencia de la industria de defensa estadounidense. Sin embargo, el F-35 ofrece una solución probada y con capacidad nuclear, capaz de cumplir con los compromisos de disuasión de la OTAN.