El miércoles 3 de abril un terremoto de magnitud 7,4, según el Servicio Geológico de Estados Unidos, ocurrió a las 7:58 en el mar, 25 kilómetros al sureste del condado oriental de Hualien, en Taiwán. Hasta el momento, se registraron nueve muertos y 821 heridos, según fuentes oficiales.
La presidenta taiwanesa, Tsai Ing-wen, pidió a la población mantener la calma y extremar las precauciones, ya que se esperan nuevas réplicas de entre 6,5 y 7 grados del terremoto en los próximos días.
En este contexto, el suministro mundial de semiconductores enfrenta un grave peligro, dado que Taiwán constituye el centro de producción más importante a nivel mundial. En este país se ubica la principal empresa productora de chips, Taiwan Semiconductor Manufacturing Co. (TSMC), junto con otra importante compañía del sector, United Microelectronics Corp. (UMC).
Estas empresas tuvieron que detener su producción y evacuar diversas plantas industriales por el terremoto, que es el mayor registrado de los últimos 25 años. Las posibles repercusiones son significativas, debido a que la interrupción de la producción de las empresas de semiconductores puede tener consecuencias para la industria tecnológica y para la economía global. La fabricación de chips avanzados son fundamentales para la inteligencia artificial, los teléfonos inteligentes y los vehículos eléctricos, entre otras.
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