En un encuentro con el presidente ucraniano Volodymyr Zelenskiy, en el marco de la Asamblea General de la ONU en Nueva York, Trump respaldó públicamente la idea de que los aliados atlánticos utilicen la fuerza contra aeronaves rusas que crucen sus fronteras. Consultado por un periodista, respondió con un contundente “sí, lo creo”, refiriéndose a la conveniencia de derribar los aviones en caso de nuevas incursiones, que en las últimas semanas han encendido las alarmas en el flanco oriental de la alianza.
Posteriormente, a través de sus redes sociales, el mandatario profundizó el mensaje y aseguró que Ucrania, con el respaldo de la Unión Europea, está en condiciones no solo de contraatacar, sino también de recuperar “toda Ucrania», devolviéndola a su «forma original”. Asimismo sostuvo que Rusia atraviesa serias dificultades económicas y militares, lo que, siguiendo el razonamiento, abre una ventana de oportunidad para Kiev.
Estas declaraciones marcan un giro llamativo en el discurso de Trump, que hasta hace pocas semanas había abogado por una negociación territorial como salida al conflicto y mantenía gestos de cercanía hacia Vladimir Putin. Incluso recibió al mandatario ruso en Alaska en un gesto de distensión que suscitó críticas de algunos aliados europeos. Pero ahora su tono hacia Moscú fue abiertamente crítico, señalar que el Kremlin lleva más de tres años en una guerra que “una verdadera potencia militar debería haber ganado en menos de una semana”.
El viraje de discurso fue celebrado por Zelenskiy, quien lo calificó de “muy positivo” y como una señal de respaldo en un momento en el que Ucrania busca reforzar el compromiso occidental. Sin embargo, Trump evitó aclarar si Estados Unidos apoyaría directamente una acción de la OTAN contra aviones rusos, limitándose a decir que “depende de las circunstancias”.
Las declaraciones del mandatario norteamericano contrastaron con lo manifestado por su secretario de Estado, Marco Rubio, quien el mismo día rechazó las afirmaciones del primer ministro polaco Donald Tusk sobre la disposición de Varsovia a derribar aviones extranjeros. Rubio insistió en que nadie contempla esa opción “a menos que estén atacando”, en un intento de bajarle el tono a las expectativas de una escalada.

La OTAN, por su parte, emitió un comunicado en el que advirtió que responderá con todas las opciones disponibles, incluidas las militares, a nuevas violaciones de su espacio aéreo. Moscú negó que sus aeronaves hubieran incursionado en territorio de la alianza, pero los incidentes recientes son interpretados por varios gobiernos europeos como maniobras de Rusia para medir la capacidad de respuesta aliada.