El presidente de Estados Unidos expresó su respaldo al acuerdo trilateral AUKUS durante la visita del primer ministro australiano, Anthony Albanese, a la Casa Blanca, y aseguró que Washington está avanzando en la construcción de los submarinos de propulsión nuclear prometidos a Australia. “Los submarinos que estamos construyendo para Australia están empezando a avanzar”, afirmó el mandatario, añadiendo que el proceso “avanza muy rápido, muy bien”.
Sus declaraciones buscan tranquilizar a Canberra y Londres, después de que el Pentágono anunciara una revisión del pacto con el objetivo de garantizar que el programa esté alineado a la política de “Estados Unidos Primero”. Esa revisión, impulsada por el secretario de Defensa Pete Hegseth, pretende definir medidas para fortalecer el denominado Pilar I del acuerdo —la transferencia de submarinos de ataque de propulsión nuclear— y asegurar que sea sostenible para la industria naval estadounidense.
El AUKUS, anunciado en 2021, contempla que Australia reciba al menos ocho submarinos de propulsión nuclear, tres de ellos de clase Virginia suministrados por Estados Unidos entre 2032 y 2038, y cinco más construidos localmente a partir de un diseño conjunto con el Reino Unido. Sin embargo, la industria naval estadounidense enfrenta una seria escasez de mano de obra y capacidad de producción: actualmente produce solo un submarino Virginia por año, cuando necesitaría duplicar esa cifra para satisfacer la demanda de la Armada estadounidense y cumplir los compromisos asumidos con sus socios.

A pesar de las tensiones derivadas de esa limitación, Australia ha mantenido su confianza en el proyecto. En septiembre, el gobierno de Albanese anunció una inversión de USD 6.800 millones en una década para modernizar su infraestructura naval, en apoyo al mantenimiento de sus futuros submarinos nucleares. Asimismo, Canberra ya ha desembolsado USD 1.000 millones de los 3.000 comprometidos para reforzar la capacidad industrial estadounidense, y un segundo pago equivalente está previsto en los próximos meses. Según estimaciones oficiales, el programa podría alcanzar un costo total de USD 235.000 millones en treinta años.
Por otro lado, el Tratado de Geelong, firmado en julio entre el Reino Unido y Australia, consolidó un marco de cooperación bilateral para la construcción de los SSN-AUKUS, la futura generación de submarinos de ataque de propulsión nuclear. Los ministros de Defensa británico y australiano, John Healey y Richard Marles, expresaron su confianza en el avance del proyecto y minimizaron el impacto de la revisión estadounidense.
Durante la visita de Albanese a Washington, se anunció además un acuerdo paralelo de USD 8.500 millones destinado a garantizar el suministro de minerales críticos —como litio, cobalto y manganeso— para reducir la dependencia estadounidense de China. Australia es uno de los principales productores de dichos materiales a nivel mundial, lo que contribuye a que pueda posicionarse como un socio estratégico de Washington en materia tecnológica y de defensa.