Donald Trump anunció que se reunirá próximamente con su par ruso, Vladimir Putin, en Budapest, Hungría, con el objetivo de explorar vías para poner fin a la guerra en Ucrania. La noticia tuvo lugar tras una conversación telefónica de más de dos horas que ambos líderes calificaron de “productiva”, y que fue organizada por iniciativa de Moscú. Según el asesor del Kremlin Yuri Ushakov, Trump propuso la capital húngara como sede de la cumbre, una sugerencia que Putin habría aceptado de inmediato. Aunque no se fijó una fecha concreta, funcionarios de ambos gobiernos confirmaron que el secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio, y el ministro ruso de Asuntos Exteriores, Sergei Lavrov, comenzarán los preparativos en los próximos días.
Para sorpresa de algunos, el anuncio se produjo en la víspera del encuentro entre Trump y el presidente ucraniano Volodymyr Zelensky en la Casa Blanca. Kiev busca asegurar un nuevo paquete de ayuda militar que incluiría misiles de crucero Tomahawk, capaces de alcanzar blancos a más de 2.500 kilómetros. Sin embargo, el tono conciliador de Trump hacia Putin pareció moderar las expectativas ucranianas, alimentando los temores europeos de una posible flexibilización estadounidense frente a Moscú.
Durante la llamada, Putin advirtió a Trump que el envío de los misiles Tomahawk “no cambiaría la situación en el campo de batalla” y solo causaría “un daño significativo” a las relaciones bilaterales y a las perspectivas de paz. Ushakov afirmó que Trump tomó nota de los comentarios y los considerará al reunirse con Zelensky. El propio presidente ruso reiteró que sus fuerzas mantienen “la iniciativa estratégica a lo largo de toda la línea del frente”.
En cuanto al lugar escogido para la próxima reunión entre ambos mandatarios, Budapest, bajo el liderazgo de Viktor Orbán, mantiene vínculos estrechos con Moscú y ha sido uno de los pocos gobiernos europeos que cuestiona la política de sanciones y la asistencia militar a Kiev. En esta línea, Orbán celebró el anuncio calificándolo como “una gran noticia para los pueblos amantes de la paz del mundo”, en un mensaje en redes sociales.
Adicionalmente, Putin enfrenta restricciones de viaje en varios países europeos debido a órdenes de arresto por presuntos crímenes de guerra, lo que reduce considerablemente la lista de opciones para encuentros con líderes occidentales. Además, las relaciones entre Kiev y Budapest atraviesan un momento tenso, después de que Zelensky acusara a drones húngaros de ingresar en territorio ucraniano, lo que motivó duras declaraciones de Orbán.
Por su parte, Zelenskiy llegó a Washington poco después del anuncio, declarando que esperaba que el “impulso” que permitió frenar conflictos en Medio Oriente sirviera también para poner fin a la agresión rusa. En un mensaje publicado en Telegram, advirtió que Moscú “se apresuró a reanudar el diálogo justo después de enterarse de los Tomahawks”, y aseguró que “el lenguaje de la fuerza y la justicia funcionará también contra Rusia”.